1. Ronde mucho a los poetas de una generación.
2. Ríase cuando ellos lo hagan, aunque no sepa por qué.
3. Lleve siempre gafas. A ser posible mire por encima de ellas y guarde silencio antes de decir algo.
No hace falta ser una lumbrera sólo ser constante. Mantenerse ahí. Cuando lo consiga intente no creerse demasiado lista y hable poco. Tenga apego a la máscara. Si se la quita, los demás verán que es más fea.
lunes, 6 de agosto de 2007
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2 comentarios:
(Ya viene la repelente con la idea repelente, pero)
¿Por qué no numera también las últimas dos instrucciones? Lo de la inteligencia, cuatro, y la máscara, cinco.
Digo.
Pero venga, dígalo, ¡usted se calla, señora! Que me lo he ganao, :-)
Sus instrucciones me devuelven la esperanza de llegar a ser alguien en esta vida. Fíjese que ya cumplo la instrucción nº 3, aunque debo perfeccionarme mirando por encima de ellas. ¿Vale subírselas a la frente o se consideraría un gesto demasiado ordinario?
Como tengo esperanzas de que la actual directora pasé a la dirección de un periódico nacional o acepté la embajada de corea del norte que le propone clonclón, no cejaré con sus instrucciones.
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